Caminando en círculos.

martes, febrero 13, 2007

Elegia

Hoy he recibido la noticia. Hoy he sabido que Barón, el perro de la Universidad de Murcia ha muerto. Hay quienes dicen que llevaba 17 años viviendo en el campus de la Merced. Yo llevo 4 años viendolo agonizar, con la lengua fuera y siempre moviendo el rabo. Parecia milagroso que siguiera con vida. Gracias por tantas y tantas horas en el patio del campus. DEP BARÓN.




Miguel Hernández - Elegía.
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.


No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ojalá exista un cielo de los perros y vaya allí y conozca a mi perro, Yaky, porque, si existe, seguro que él también estará allí.

14 febrero, 2007 00:33

 
Blogger Bolchevique said...

Celebremos el shiva en su honor...

14 febrero, 2007 11:29

 

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