Caminando en círculos.

lunes, febrero 06, 2006

Dulces y blancas guerras.

Como dijo un buen amigo mío "Parece que durante un día de nieve, nuestros sueños están más cerca de cumplirse". Si no dijo eso, por lo menos se le parecía (no iba a leerme el articulo entero Pedro, 8 líneas son demasiadas en época de examenes).

Bueno, tal y como le respondí, lo mejor de un día de nieve no es la nieve, sino lo que puedes hacer con ella, y lo mejor que puedes hacer con la nieva es tirarsela a alguién. Así empezarás una dulce y blanca guerra. Aquí van unos consejillos para convertirte en el Napoleón de las blancas praderas.
  • Primero y esencial: la mortífera arma. No vale con coger un poco de nieve así a lo tonto, seamos realistas, así no hacemos daño a nadie (nuestra misión). Hay que apretarla fuerte, estrujarla, para meter el máximo en el menos espacio posible. Si las rellenamos con pequeñas piedras, nos saldrán estupendas. Advertencia: los ladrillos son dificiles de cubrir enteros de nieve, y puede cumplir nuestra misión con más "exito" del que nos gustaría
  • Segundo: Las alianzas. Seamos inteligentes, lo mejor es ir muchos contra pocos, y tú estar entre esos muchos (más que nada porque 10 contra uno, suelen ganar los 10, eso es de primero de Latin King.) Lo cortés no quita lo valiente, por lo que tampoco está mal visto traicionar a tus compañeros de vez en cuando
  • Tercero: El Terreno. Deberás conocerlo como la palma de tu mano, cada escondite, los sitios con mejor nieve (y mayor número de piedras).. un consejo: La altura da ventaja. Wellington lo sabía, Anibal lo sabía, y ahora lo sabeis vosotros.

Si seguís estos consejillos ya sólo queda disfrutar con vuestra más que segura victoria. ¡Por la Patria!